En 2010, la oficina del censo norteamericana tuvo que enfrentarse a una oleada masiva de protestas que, sin embargo, no llegó a ocasionar ningún tipo de daño a largo término gracias a una buena reacción.
La labor de la oficina de estadística es revisar el censo de la población y llevar a cabo encuestas de forma regular y, para promocionarla y al mismo tiempo predisponer a la población a colaborar en las encuestas, el estado lanzó un anuncio de treinta segundos durante la conocida Super Bowl americana. Como es sabido, el espacio publicitario durante la retransmisión de este acontecimiento deportivo se incluye entre los más caros a nivel mundial. En este caso el gasto ascendió a 2 millones y medio de dólares, lo que generó una gran indignación entre los ciudadanos al considerarlo un derroche de dinero público. A esta percepción negativa vino a sumarse un tuit del senador John McCain que alcanzó a 1,7 millones de seguidores.
Pero la US Census Bureau había dispuesto un buen sistema de monitorización que permitió que el personal responsable detectara las voces disidentes en directo y pudiera ponerse a elaborar una respuesta inmediata. Solo un día después, un representante de la compañía ya pudo publicar una respuesta en el blog corporativo: en realidad, se partía de la premisa de que la maniobra podría incluso ahorrar presupuesto, porque la oficina suponía que a raíz del anuncio más ciudadanos devolverían la encuesta por sí mismos y podría, así, ahorrarse la contratación de personal extra para su recopilación. Al día siguiente, el director de la oficina también reforzó esta respuesta en su propio blog, al tiempo que la oficina del censo activó todos sus perfiles en las redes sociales para difundir este mensaje. De esta forma la opinión pública pudo ser revertida para su propio beneficio.
Este ejemplo deja patente la importancia de la monitorización y de una reacción rápida. La organización estatal ya había puesto en marcha todos los mecanismos: los medios digitales y tradicionales estaban bajo vigilancia constante, se habían creado perfiles en las plataformas sociales más relevantes y también disponía de blogs en los cuales podían difundirse aclaraciones más exhaustivas. De esta forma, la oficina del censo pudo reaccionar antes de que las voces negativas se desbordaran.