Una de las grandes ventajas de la aplicación de técnicas SEO es la rentabilidad, pues el posicionamiento no se logra pagando, sino que es el resultado de un contenido bien logrado. La optimización orgánica de una página web implica una mayor inversión de tiempo y dinero, pero en comparación con los gastos que implica una campaña de pago, los resultados a largo plazo son más satisfactorios.
Una vez Google ha detectado que una página web es visitada con frecuencia por lectores o clientes y que, dependiendo de la oferta, también compran en ella y la recomiendan en su círculo, es posible construir una buena reputación online, mejorando así la posición de la web en el ranking del buscador. Gracias a la gran cantidad de herramientas de análisis SEO disponibles, como pueden ser SISTRIX o Searchmetrics, es posible analizar el éxito de una web propia, así como también el de la competencia, para ver qué medidas han funcionado en otras páginas. (Para más información se recomienda la guía de las mejores herramientas de SEO ).
El SEO también tiene sus desventajas, entre ellas, depender de Google y las actualizaciones que lleva a cabo regularmente. Una buena estrategia SEO que durante meses ha funcionado bien puede dejar de hacerlo con una nueva actualización del algoritmo de Google. La construcción de una buena reputación puede costar semanas e incluso meses, e implica gastos difíciles de prever, mientras que la publicidad de pago suele arrojar resultados en unas pocas horas. Eso sí, una vez finalizada la campaña de SEA (publicidad de pago) la página pierde visibilidad bastante rápido, mientras que la optimización SEO garantiza resultados positivos que se mantienen a largo plazo.