Los clientes de una tienda online con dropshipping apenas notarán la diferencia con una tienda online tradicional, al menos al realizar el pedido, ya que estas tiendas reaccionan de inmediato en cuanto reciben el pago. Al pagar con tarjeta de crédito o PayPal, la respuesta se produce casi a la vez que el pedido. Si pagas por transferencia bancaria o similar, tendrás que esperar los dos o tres días hábiles que el banco necesita para este proceso. Por lo general, los minoristas en línea con dropshipping solo solicitan el pedido al mayorista o fabricante una vez que han recibido el pago. De lo contrario, cabe el riesgo de que los productos se envíen sin haberse cobrado.
Por definición, el dropshipping conlleva numerosas ventajas para el minorista. Asimismo, ofrece algunas ventajas a los fabricantes y mayoristas, ya que les permite concentrarse exclusivamente en el envío de los pedidos. Estos tampoco requieren conocimientos de eCommerce y no tienen que promocionarse en un mercado muy cambiante ni preocuparse por internacionalizar su oferta. De esta manera, pueden centrarse solamente en los productos, el envío y las devoluciones.
Probablemente, la mayor ventaja del dropshipping desde el punto de vista del operador de la tienda es que le permite acceder fácilmente al comercio electrónico. De lo contrario, se requiere un alto capital inicial, pues el inventario debe estar en stock para procesar los pedidos de los clientes rápidamente. Además, si el inventario no se vendiese, es el comerciante el que se lo acaba quedando. Todo esto se evita con el dropshipping: los distribuidores no tienen que preocuparse por la compra de bienes, los costes de almacenamiento o las primas de seguros. Si un producto se vende mal o no se vende, basta con retirarlo de la gama ofertada. Esto hace que crear un plan de empresa sea mucho más fácil.
Además, las tiendas online con dropshipping pueden incrementar las ventas gracias a la posibilidad de ofrecer una variedad casi infinita de productos. Las tiendas online con un catálogo extenso resultan más atractivas para los clientes. Otra ventaja es la independencia de la ubicación, pues el lugar no tiene importancia a la hora de establecer la sede de la empresa o la administración de la tienda. Solo se necesita una buena conexión a Internet. Por ello, el dropshipping es perfecto para los nómadas digitales que prefieren trabajar desde cualquier parte del mundo.
Al margen de estas ventajas, el dropshipping también tiene algunos inconvenientes. En este caso, los minoristas en línea no influyen en absoluto en los factores decisivos de la experiencia del cliente y deben confiar plenamente en sus colaboradores en todos los aspectos, desde el envío hasta la calidad de la mercancía solicitada, pasando por el proceso de devolución. Si algo sale mal en algún momento, la tienda online es responsable de cara al cliente, incluso si el fallo fue cometido por el mayorista o fabricante. La reputación de una marca y la confianza que los clientes depositan en ella crecen a paso lento, pero pueden hundirse rápidamente debido al descuido de un tercero. El riesgo es mayor si no se analizan los mayoristas y fabricantes antes de trabajar con ellos. Asimismo, vender productos defectuosos o falsificados en una tienda online también puede acarrear consecuencias negativas.
Además, la gran ventaja de no tener un inventario propio puede ser también un gran inconveniente. Con el dropshipping, el fabricante o mayorista proporciona su inventario a varias tiendas online, lo que significa que los artículos pueden agotarse antes de que la tienda online que los solicite sea informada. Esto, a su vez, conlleva más trabajo, ya que todos los clientes que hayan pedido ese artículo deberán ser informados inmediatamente del retraso.