También se ha experimentado mucho en el sector de la realidad virtual, tecnología que permite a los usuarios sumergirse en el mundo de los productos. Un ejemplo de ello es el showroom inmersivo de IKEA, con el que los clientes pueden confeccionar su propio mobiliario virtualmente y, por ejemplo, probar qué funda se adecúa mejor al sofá del salón en función del momento del día.
Las compras online se realizan cada vez más desde dispositivos móviles. En tan solo unos años, el número de compras móviles ha aumentado más del doble, por lo que para seguir esta tendencia es importante diseñar las páginas web de forma responsiva, es decir, adaptadas a los diferentes formatos de salida. Esto simplifica la navegación en la pequeña pantalla de los dispositivos móviles y acorta los tiempos de carga.
Las compras móviles se ven enturbiadas por las malas conexiones de red. Sin embargo, con el nuevo estándar móvil 5G, los dispositivos móviles adquirirán una mayor importancia para los clientes. Asimismo, la publicidad que reciben los consumidores del sector móvil pasará a ser cada vez más lucrativa. Los datos de geolocalización mejoran, además, el targeting, por lo que las empresas pueden presentar ofertas basadas en la ubicación o atraer a los clientes hacia el comercio más cercano.
Este desarrollo no significa, sin embargo, que el comercio físico haya desaparecido, sino que más bien los clientes intercalan el medio online con el offline. El marketing omnicanal está, por lo tanto, a la orden del día. Algunos comercios online como Zalando venden sus productos de moda en outlets, mientras que otros optan por showrooms. Con un servicio Click & Collect los clientes pueden probar productos, obtener asistencia personal o recoger los productos comprados a través de Internet sin gastos de envío. Cada vez es más frecuente que los comercios y servicios fijos ofrezcan la posibilidad de hacer pedidos por Internet o de asesorarse a través de Skype.
Quien esté presente en todos los canales puede llegar a un número mayor de posibles compradores y aumentar la satisfacción de los clientes. En la transición fluida del ámbito online al offline también entran en juego las innovaciones en el sector del Internet de las cosas. Por medio de los llamados beacons, basados en tecnologías radiofónicas, las estanterías o los productos de una tienda envían señales a los smartphones. Tras ello, una app las registra y ofrece a los clientes datos de productos exactos, llama su atención sobre ofertas o le guía hacia la estantería correspondiente en función de sus preferencias, como por ejemplo, los alimentos orgánicos.
El Internet de las cosas va a plantear nuevas posibilidades para el eCommerce en un futuro y ya hoy ha aumentado el número de objetos cotidianos que están conectados permanentemente a Internet y el de los electrodomésticos inteligentes. Así, los frigoríficos inteligentes avisan de que hay alimentos a punto de agotarse y tienen la capacidad de volver a pedirlos de manera independiente. Es así como los dispositivos de IoT (Internet of Things) permiten personalizar las compras y la publicidad online
Con respecto a la gestión de inventario como parte del comercio electrónico, las mercancías provistas de sensores y vinculadas a Internet simplifican los procesos de trabajo. Además, controlan las existencias en tiempo real para, por ejemplo, prevenir que se agoten los productos demandados.
Por lo tanto, el eCommerce va ganando importancia a través del progreso y de las tecnologías innovadoras.