La cuestión fundamental consiste en saber quién es tu público objetivo y cuándo está disponible online. Para ello contamos con la misma información que ha servido para diseñar la newsletter, para segmentar al grupo de recipientes y para crear buyer personas, una información muy relevante también para definir el timing en el envío de la newsletter. Esto puede ilustrarse con estos dos ejemplos:
¿Cómo podría discurrir un día en la vida de un receptor típico del boletín?
¿Necesita un ordenador para trabajar y, por ello, comprueba sus correos electrónicos regularmente o solo se conecta a Internet en su tiempo libre? Entrar en contacto, mediante un contenido eminentemente personal, con un ingeniero en pleno desarrollo de su carrera o con una madre o un padre durante la baja por maternidad o paternidad, dependerá ciertamente de horarios muy diferentes.
¿Qué contenido se desea transmitir y cómo debería reaccionar el receptor?
Para contactar con un oficinista, lo más sencillo es hacerlo en horario laboral pero, probablemente, preferirá leer reportajes sobre sus hobbies desde el sofá de su casa en su tiempo libre y no en su puesto de trabajo.
Sin duda, merece también la pena observar qué hace la competencia y extraer conclusiones sobre el momento en que ellos envían su boletín, mediante qué sistema y si sería posible adelantarse a ellos. Aunque es verdad que no será posible extraer reglas generalizables, sí se pueden aplicar determinadas técnicas y reflexiones para encontrar el mejor momento en que enviar tu newsletter.