En la lucha contra el tráfico desproporcionado y el software dañino, se está en posesión de una gran ventaja cuando se conocen las conexiones entrantes y salientes del ordenador o el servidor. Estas se establecen a través de la correspondiente dirección de red, que indica, entre otras cosas, qué puerto se abrió para el intercambio de datos.
El problema principal de estos puertos abiertos es que, de esta manera, se le da la oportunidad a terceros de introducir un software malicioso en el sistema. También existe la posibilidad de que un troyano que ya reside en tu sistema instale una backdoor (puerta trasera) y abra un puerto. Por ello, es recomendable comprobar regularmente los puertos abiertos del sistema, tarea en la que destaca especialmente netstat.
Además, las estadísticas detalladas no solo ofrecen información sobre los paquetes transmitidos desde el último inicio del sistema, sino también los errores que se hayan producido. En cuanto a la tabla de routing, que proporciona información sobre la ruta de los paquetes de datos a través de la red, también es posible acceder a ella mediante netstat.