Como mencionamos al principio, el RAID 5 se caracteriza por tener una buena relación calidad‑precio. Esto se debe por un lado a una generación eficiente de la redundancia. A diferencia de otros sistemas, los datos no se almacenan en distintas copias, sino que son redundantes gracias a los bloques de paridad. En comparación con las unidades individuales, la capacidad de almacenamiento se reduce en las matrices RAID 5, pero conservan una parte importante de la capacidad original. Por otro lado, estas uniones presentan una solución rentable para aumentar la velocidad de lectura. El striping de los datos permite acceder en paralelo a distintas partes del bloque de datos relacionado, así que los dispositivos solicitantes pueden completar el proceso de lectura con mucha mayor rapidez.
Otro punto fuerte de RAID 5 es que aumenta la seguridad ante fallos. Si un disco falla porque está defectuoso o se pierden los datos de un disco por algún otro motivo, el funcionamiento se mantiene. No obstante, como las otras unidades de almacenamiento se utilizan a pleno rendimiento durante el proceso de restauración, en este momento aumenta considerablemente el riesgo de fallos.
El enfoque del RAID 5 no está libre de inconvenientes. Cada proceso de escritura del grupo de discos está vinculado a un paso adicional de lectura para comprobar y recalcular la información de paridad ya existente. A continuación, hace falta otro paso para distribuir los datos de paridad en los datos de usuario recién guardados en los discos. Por eso, en comparación con las unidades individuales y otros niveles RAID como el RAID 0, la velocidad de escritura de los soportes de datos en un sistema RAID 5 es mucho menor.