El intercambio de archivos en Internet es práctico, pero hay que tener en cuenta los riesgos que pueden surgir. En las diferentes redes o servicios de filesharing, se ofrecen y se copian archivos sin estar sometidos a ningún control. Antes de recibir el archivo, los usuarios suelen tener a su disposición solo algunos metadatos. Por ejemplo, el nombre del archivo o la duración del contenido audiovisual. Por ello, los usuarios deben de confiar prácticamente a ciegas de que se trata del contenido deseado.
Así es como los usuarios de los servicios de intercambio de archivos se exponen al riesgo de instalar un software malicioso en vez de descargar el contenido deseado. Este tipo de software también puede ir incluido en la descarga de los archivos seleccionados. Por lo tanto, cuanto más anónimo sea el intercambio, más cuidado debes tener a la hora de descargar archivos. Además, en cuanto a los derechos de autor, existe el riesgo de recibir contenidos cuya distribución es ilegal, especialmente si la fuente es desconocida.
Otro peligro: al utilizar la red P2P u otros métodos similares de intercambio de archivos, puede ocurrir rápidamente que se compartan datos de carácter privado. En la mayoría de los casos, esto se debe a una configuración errónea del cliente, sin embargo, sucede más rápido de lo que se puede esperar.