La realidad mixta se utiliza hoy en día en sectores muy diversos, como en el de los videojuegos, las tiendas de venta en línea, la industria o el ámbito militar. En muchos casos, se trata de aplicaciones de realidad aumentada que solo permiten algunos aspectos de la interacción entre el mundo real y el virtual. Sin embargo, la realidad mixta desempeñará, sin duda, un papel mucho más decisivo en las aplicaciones del futuro.
A continuación, te presentamos algunos ejemplos de potenciales aplicaciones de realidad mixta y ejemplos actuales con funciones de realidad mixta:
- Juegos móviles: la cámara de las tabletas y de los teléfonos inteligentes permite grabar el entorno real como base para un juego. En la pantalla pueden verse objetos y elementos del juego integrados en el mundo “real”. El entorno real se mezcla con el mundo virtual en la pantalla y los elementos virtuales reaccionan específicamente a los hechos de la realidad.
- Tiendas de muebles online: fotografías una habitación en concreto con la cámara de un smartphone. En la captura del entorno real se inserta un mueble virtual, por ejemplo, un sofá en tres dimensiones. Esto permite al cliente imaginarse de forma realista cómo quedará ese sofá en su habitación y facilita la decisión de compra. La interactividad de muchas de las aplicaciones actuales, sin embargo, deja mucho que desear.
- Ópticas online: la cámara saca una fotografía de la cara del cliente, quien selecciona un modelo de gafas concreto. En la pantalla se muestra su imagen con las gafas y puede ver cómo le quedarían. La cara real del cliente se combina con el modelo de gafas virtual.
Especialmente en el área del comercio electrónico, las aplicaciones de realidad mixta ofrecen una gran variedad de posibilidades que añaden un claro valor añadido para el usuario: cuanto más “real” y a medida del cliente pueda ofrecerse un producto, mayor será la confianza del cliente y más posibilidades habrá de que la decisión de compra sea favorable. La realidad mixta puede contribuir a transmitir la experiencia de compra del cliente a través de la tableta, el teléfono inteligente o el ordenador. Puede aportarnos una experiencia muy similar a la que vivimos en los comercios convencionales que incluso puede superarla mediante un nuevo procedimiento.