Estos ejemplos muestran que las tácticas de black hat SEO quieren prometer resultados a corto plazo, pero plantean muchos riesgos, ya que, tarde o temprano, Google es capaz de reconocer dichos intentos de manipulación. Desde Google Panda y tras la última actualización Penguin, los gestores de páginas web deberían alejarse de este tipo de prácticas.
Las sanciones, conocidas como “penalty” en el universo Google, tienen una naturaleza diversa: pueden alcanzar una pérdida de ranking de hasta 30 posiciones o incluso dar lugar a la exclusión completa del índice. Si una página web ha sido sancionada y ha perdido posiciones en el ranking, puede que sea muy complicado volver a aparecer en las primeras páginas y mucho más aparecer en los primeros puestos del buscador.
Lo más sensato a largo plazo es seguir las directrices facilitadas y llevar a cabo la optimización en buscadores sin ningún tipo de estrategia sospechosa. Debido a las numerosas reglas e instrucciones, resulta complejo cumplir todas y cada una de ellas y recurrir al white hat SEO. Por ello,hay cierto margen de maniobra, es decir, se puede recurrir a una “zona gris” que recibe el nombre de grey hat SEO. Con ella, se intentan agotar la mayor cantidad de medidas de SEO disponibles, ya que Google no sanciona de manera directa todo aquellos intentos de aumentar la popularidad de los enlaces y, consecuentemente, de mejorar el ranking. El grey hat SEO es, por consiguiente, un elemento de equilibrio e incluso un método SEO no deseado, pero con la particularidad de que no plantea sanciones por parte de Google, por lo que la mayoría de empresas y agencias del ámbito de SEO se mueven en esta zona gris.