Una de las funciones más características de las páginas web modernas son los elementos interactivos, desde ventanas de diálogos o menús desplegables hasta la entrada automática de datos. Cuanto mayor sea la interactividad que ofrece una página, mayor es la intensidad con la que se comunica con el servidor para ofrecer al usuario la mayor cantidad posible de contenido individual. De esta forma, el usuario puede navegar en la Web sin tener que volver a cargar la página con cada nueva acción.
La clave de este tipo de soluciones son los scripts que se ejecutan en el lado del cliente, es decir, directamente en el navegador. El más importante entre ellos es JavaScript, un lenguaje de script compatible con los navegadores más comunes que, a pesar de ser esencial en la mayor parte de los proyectos web modernos, a veces no es percibido desde una perspectiva tan positiva y cada vez son más los usuarios y las aplicaciones que lo bloquean. A continuación, repasamos los motivos que explican esta desactivación y ofrecemos una guía detallada sobre cómo habilitar JavaScript en el navegador.