Cuando se trabaja en la mejora del posicionamiento de una página, pronto se percibe lo exigente de esta labor. Cuanto más alto escala una web en la cima del buscador, mayor es la probabilidad de que esté en la mira de algún hijacker. A diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, en un ataque determinado por una vulnerabilidad en el proyecto, el funcionamiento del hijacking está ligado de forma estrecha a una disciplina elemental de SEO como es el link building y, por ello, muy difícil de impedir con un software de seguridad. En consecuencia, es necesario analizar regularmente los enlaces entrantes, tanto aquellos nuevos como aquellos ya existentes, para filtrar dominios conflictivos.
Para ello, existe un gran número de herramientas y servicios online como SEMrush, LinkResearchTools, SISTRIX o Google Search Console. Esta última contiene una herramienta para eliminar URL, que permite borrar del índice de búsquedaredirecciones a un proyecto web que no deberían estar ahí. Antes de hacerlo es recomendable contactar con el administrador correspondiente para que ajuste la redirección, de tal forma que no se pierdan los enlaces. A este propósito, el código de estado 307 (Temporary Redirect), disponible desde HTTP 1.1, permite llevar a cabo desvíos temporales sin riesgo de hijacking.
Cuando la página original ya ha sido eliminada del índice, lo indicado sería entonces, contactar con el proveedor del buscador una vez eliminado el enlace dañino y solicitar una recuperación del ranking previo.