En esencia, un escritorio remoto conecta dos ordenadores diferentes de manera que uno controla remotamente el otro. Esta es una muy buena opción para hacer cambios de configuración en los servidores, que generalmente no disponen de dispositivos de hardware como monitores, teclados o ratón. En este caso, los administradores pueden usar su propio ordenador para acceder a la configuración del servidor.
El escritorio remoto también es una buena opción para la atención al cliente. Gracias a esta práctica, los usuarios ya no tienen que describir sus problemas al asistente. El experto puede verlos por sí mismo en su ordenador y hacer los cambios necesarios para corregir la configuración.
Asimismo, también sirve de apoyo en tareas estándar de oficina, permitiendo a los empleados, por ejemplo, utilizar el portátil de casa para conectarse y administrar los ordenadores de la oficina. De esta manera, tienen acceso a todos los datos y programas a los que normalmente solo podrían acceder desde su puesto de trabajo.
El software de escritorio remoto tiende un puente incluso más robusto entre el teletrabajo y la oficina de manera práctica y efectiva. Los programas que incluyen funciones de pizarra y chat son, por ejemplo, especialmente adecuados para trabajos de colaboración.