Direcciones IP: todo lo que debes saber

Todos sabemos que, para que una carta llegue a su destinatario, tiene que llevar la dirección exacta: calle, número, ciudad, código postal y país. Esta es la única forma de que el personal de correos sepa adónde enviarla. Lo mismo ocurre en internet: cada aparato dentro de una red interna o externa necesita un “número de puerta” concreto para poder comunicarse con otros dispositivos y recibir de ellos paquetes de datos. Dicha dirección IP, sin embargo, tiene un aspecto muy diferente a la del correo postal. Descubre qué significan estas crípticas cifras.

Definición de dirección IP

La internet protocol address, es decir, la dirección IP o simplemente IP, se basa en el protocolo de Internet, que es, además, la base del funcionamiento de Internet. Se trata de la dirección inequívoca de un dispositivo (por ejemplo, de un ordenador, de un servidor web o de una impresora) en una red interna o externa. Una dirección IP puede referirse también a un conjunto de dispositivos, como en el caso del broadcasting o del multicasting. Del mismo modo, a un único ordenador pueden asignársele varias direcciones IP. Lo que es seguro es que cada dirección IP de una red solo puede asignarse una vez al mismo tiempo.

¿De qué se compone una dirección IP?

Existen dos tipos de direcciones IP con aspectos muy diferentes. Lo que tienen en común es que se componen de un llamado identificador de red (para encontrar el camino en el IP routing) y de un identificador de dispositivo (para llegar hasta un dispositivo concreto).

Las direcciones Ipv4 de la actualidad

Actualmente, se usan sobre todo direcciones de la versión 4 del protocolo de internet (abreviadas como IPv4). Están formadas por 32 bits, así que desde el punto de vista técnico son un código binario de 32 cifras, como pudiera ser 11000000 10101000 10110010 00011111. Para lidiar con esta cifra monstruosa, suele representarse como una combinación de cuatro números decimales con valores entre 0 y 255 separados por puntos. En ese formato, nuestro ejemplo tendría la siguiente forma: 192.168.178.31.

Con IPv4 se pueden representar un total de unos 43 000 millones de direcciones diferentes. Se trata de muchas menos direcciones que dispositivos en el mundo (y muchas de ellas están reservadas para usos especiales) pero, puesto que nunca se necesitan todas a la vez, y ya que algunas solo se usan en redes privadas, hasta ahora han sido más que suficientes.

Las direcciones Ipv6 del futuro

Sin embargo, y no solo por la internet de las cosas, esta situación no tardará en cambiar: puesto que cada vez más dispositivos se conectan a Internet y gran parte de ellos necesita una dirección IP, la capacidad de IPv4 de asignar direcciones se vuelve poco a poco insuficiente. Por este motivo se introdujo IPv6 como su sucesor directo, con la cual se pueden generar unos 340 sextillones (una cifra de 37 ceros) de direcciones: una fuente casi inagotable para todas las necesidades futuras en materia de IP.

Las direcciones de esta versión se componen de 128 bits de modo que deberían escribirse como un código binario de 128 cifras. Una cifra así sería demasiado larga y poco práctica, de manera que se recurre a una escritura hexadecimal que separa los 128 bits en 8 bloques de 16 bits separados entre ellos por dos puntos. De este modo se obtiene, por ejemplo, la dirección Ipv6 0000:0000:0000:0000:0000:ffff:c0a8:b21f, en la cual las letras de la “a” a la “f” también se refieren a cifras hexadecimales. Si omitimos los ceros al principio de cada bloque y sustituimos una serie de bloques consecutivos tipo 0000 por dos puntos (::), podemos simplificar este formato aún más. En nuestro caso resulta entonces la forma simplificada ::ffff:c0a8:b21f.

Identificador de red y de dispositivo en direcciones IP

Si queremos enviar una carta, no basta con escribir la ciudad y el país del destinatario. Para que una dirección esté completa, también necesitamos la calle, el número de portal e incluso puede que el piso. Lo mismo ocurre con la transmisión de datos: para que un paquete de datos llegue al lugar correcto, la dirección IP no solo debe hacer referencia a la red en cuestión, sino también al dispositivo final (el host) dentro de dicha red.

Por ello, cada dirección IPv4 se divide, mediante una llamada máscara de red, en un identificador de red y uno de dispositivo. En el caso de IPv6, en cambio, la dirección se divide según la longitud del prefijo: los primeros 64 bits forman el llamado prefijo (dirección de la red), y los últimos, el identificador de interfaz (dirección del host).

¿Para qué sirve la dirección IP?

Una dirección IP (IP address) sirve para identificar y localizar a un dispositivo inequívocamente en una red interna o externa. Por ello, supone la base de la transmisión de información desde el emisor hasta el destinatario correcto. Si un dispositivo quiere enviar un paquete de datos, el router correspondiente se guía por el llamado IP header y coteja la IP de origen con la IP de destino. Si los identificadores de red coinciden, es que el emisor y el destinatario se encuentran en la misma red, así que el paquete se entrega directamente.

De no ser así, el router (la oficina de correos de internet) contacta con el sistema de nombres de dominio (DNS), accesible en todo el mundo. Este sistema se encarga de la resolución de nombres en internet, es decir, de la conversión de nombres de dispositivo en direcciones IP y viceversa. Así, el DNS devuelve con la petición de una página web la IP que corresponde al URL. Por ejemplo, a partir del dominio www.example.com nos da la dirección IPv4 93.184.216.34 o la dirección IPv6 2606:2800:220:1:248:1893:25c8:1946. El paquete de datos se transmite entonces mediante varios routers, redes y subredes hasta el router del destinatario.

¿Quién asigna las direcciones IP?

La autoridad suprema en la asignación de direcciones IP es la Autoridad de Números Asignados en Internet (IANA, por sus siglas en inglés) que, a su vez, es un departamento de la Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números (ICANN). Esta autoridad tiene el control total sobre las potenciales direcciones IP y las reparte en bloques a los cinco Registros Regionales de Internet (RIR), cuyos nombres son AfriNIC, APNIC, ARIN, LACNIC y RIPE NCC (iniciales de Réseaux IP Européens Network Coordination Centre).

El último, que es el responsable de Asia Central, Oriente Próximo y Europa (y, por tanto, España), reparte las direcciones IP que se le asignan a entidades adjudicadoras locales (Registros Locales de Internet o LIR) y nacionales (Registros Nacionales de Internet o NIR). Estas entidades transmiten a su vez las direcciones a los proveedores, subproveedores o directamente al cliente final.

¿Qué tipos de direcciones IP hay?

Principalmente se distingue entre las direcciones IP dinámicas y las estáticas. Además, también existen direcciones IP “para usos especiales”, de las cuales la mayoría están reservadas para redes privadas.

Direcciones IP dinámicas para navegar por internet

Las direcciones IP dinámicas se usan sobre todo para navegar de manera normal en internet. Cuando un cliente de una DSL se conecta a internet a través de su router, su proveedor de servicios de internet (ISP) le asigna una dirección IP aleatoria que está disponible. Dicha asignación se borra tras cada sesión o cambia automáticamente a intervalos regulares, normalmente cada 24 horas.

Nota

En cuanto una dirección IP dinámica cambia, el cliente sufre una breve “desconexión forzosa” de Internet. Esta desconexión ocurre en general entre las 2 h y las 3 h de la madrugada. Las descargas y llamadas telefónicas en curso se interrumpen brevemente durante este intervalo, y luego el router se conecta inmediatamente de nuevo. La mayoría de usuarios ni siquiera notan este proceso.

Puesto que, de este modo, cada dirección IP disponible puede ser “reutilizada”, el proveedor necesita muchas menos direcciones que clientes tenga puesto que, al fin y al cabo, nunca se conectan todos a la vez. Así, junto con las Ipv6, las direcciones IP dinámicas ayudan a contrarrestar la escasez de direcciones IPv4. Y, ya que además son más baratas que las direcciones estáticas, suponen un coste menor para el proveedor, que puede abastecer a más clientes con menos direcciones.

Los clientes, además, se benefician de la protección de su privacidad frente a terceros, ya que una dirección IP dinámica ofrece una navegación más anónima. Para los operadores de páginas web, en cambio, tienen desventajas: una dirección IP que cambia constantemente no es adecuada para monitorizar el comportamiento del usuario. En lugar de ello, se generan cookies que pueden borrarse de nuevo. Tan solo el proveedor de servicios de internet puede averiguar, gracias a la IP, lo que hacen los usuarios. Esto genera ya desde hace tiempo controversia respecto a la protección de datos o, más concretamente, la conservación de datos.

Las direcciones IP estáticas para sitios web y empresas

Una dirección IP estática se mantiene siempre igual, a menos que su propietario ordene un cambio. Este tipo de direcciones se usa, por ejemplo, para servidores web, que siempre deben ser accesibles mediante un mismo URL. También se usan en redes privadas (LAN) para conectar con una impresora local o con otro ordenador en la red doméstica. Desde el punto de vista del usuario, el mayor inconveniente de las IP estáticas en comparación con las dinámicas es que es mucho más fácil monitorizarlas.

Direcciones IP reservadas para usos especiales

La IANA reserva aproximadamente un 14,5 por ciento de las direcciones IPv4 para usos especiales. Algunos ejemplos son:

  • El intervalo de direcciones IPv4 de 0.0.0.0 hasta 0.255.255.255 –resumido en el bloque de direcciones CIDR 0.0.0.0/8– identifica el host de una red.
  • Si se selecciona la dirección IP 127.0.0.1, se puede contactar con el host local, es decir, con el mismo ordenador que la solicita. Esto es necesario, entre otras cosas, para probar nuevas aplicaciones programadas.
  • La IP 255.255.255.255 se usa en broadcast.
  • Las direcciones en los intervalos de 10.0.0.0 a 10.255.255.255, de 172.16.0.0 a 172.31.255.255 y de 192.168.0.0 a 192.168.255.255 se reservan para redes privadas, en las cuales pueden usarse sin registro. En el caso de IPv6, el prefijo fc00::/7 se destina a usos privados.

Estas IP no vuelven a ser reasignadas por la IANA y tampoco dirigen a Internet. Si, a pesar de ello, se quiere acceder a Internet, el router transforma la dirección IP privada, mediante la llamada traducción de direcciones de red (NAT), en una IPv4 o una Ipv6 válida que sirva en todos los dispositivos de la red local. Con los paquetes de datos que llegan ocurre justo el proceso contrario. Los administradores pueden asignar direcciones IP privadas, o bien manualmente, o bien mediante un servidor DHCP automáticamente.

Direcciones IP y protección de datos

Aunque la dirección IP en sí no contiene ninguna información privada, gracias a ella se pueden sacar conclusiones sobre el usuario. Eso la convierte en un tema muy controvertido en el ámbito de la protección de datos.

¿Qué delata la dirección IP acerca del usuario?

En primer lugar, mediante la dirección IP de un usuario es relativamente fácil averiguar cuál es su proveedor de internet. Según por qué cifra empiece, por ejemplo, se puede saber si pertenece a Ono, Jazztel o Movistar. Basta con una búsqueda DNS inversa o con la orden tracert en la interfaz de línea de comandos para averiguarlo. Otras cifras, en cambio, dan pistas sobre compañías o instituciones concretas, si es que se sabe qué rango de direcciones les ha asignado el LIR o NIR correspondiente.

Según cuán cerca esté el usuario de la IP del nodo de conmutación más próximo, la localización será más o menos exacta. En zonas rurales normalmente solo se puede identificar una región aproximada, mientras que, en las ciudades, la “geolocalización” es mucho más precisa, dado que hay nodos de conmutación casi cada cien metros.

¿Se consideran las direcciones IP como datos personales?

La respuesta corta es “sí”. A través de las direcciones IP, los proveedores de Internet pueden vigilar y rastrear el tráfico de datos de sus clientes. Por eso, la conservación de direcciones IP es un tema especialmente delicado, ya que el Reglamento General de Protección de Datos (2016/679) establece definitivamente lo siguiente: las direcciones IP, tanto las estáticas como las dinámicas, se consideran, por así decirlo, identificadores online de datos personales o relacionados con ellos y son por ello objeto de especial protección.

Eso da lugar a reglas estrictas en materia de protección de datos, por ejemplo, en eCommerce. De este modo, los operadores de páginas web solo pueden guardar la IP de un usuario si es absolutamente necesario para la finalidad y el funcionamiento del producto o servicio que ofrecen. Tan solo las autoridades en materia de seguridad tienen derechos especiales de acceso en casos concretos.

¿Se puede ocultar una dirección IP?

Las direcciones IP nunca se pueden ocultar totalmente, pero sí se pueden encubrir con distintos métodos. El principio básico es siempre el mismo: primero, los paquetes de datos se desvían a un servidor que usa una dirección IP propia, para desde allí enviarlos al destinatario. Para ello existen varias herramientas:

  • El paquete para Mozilla Firefox del navegador Tor permite a los usuarios navegar en Internet de manera anónima. Sin embargo, puesto que todos los paquetes de datos deben pasar primero por una red separada, a veces no se pueden alcanzar grandes anchos de banda.
  • Las redes privadas virtuales (VPN) son redes virtuales de comunicación que permiten transmitir datos encriptados. Si se navega por una VPN, el servidor web solicitado solo ve la dirección IP que usa la VPN, no la del usuario.
  • Un servidor proxy también puede recibir paquetes de datos y transmitirlos usando una dirección IP propia.

¿Cómo puedes ver cuál es tu IP?

Para configurar un cliente de correo electrónico o una nube, a veces hay que introducir la propia dirección IP manualmente. ¿Cómo se averigua?

Para mostrar la IP local de un ordenador, basta con las herramientas estándar del sistema operativo:

  • En Windows tan solo hay que teclear la orden “ipconfig” en la línea de comandos. Para abrirla hay que pulsar [Windows] + [R] y luego teclear “cmd” en el panel emergente.
  • La IP local de un ordenador Mac se puede ver yendo a Preferencias del Sistema > Red, desde el menú inicial.
Consejo

Si quieres conocer tu IP pública, con el comprobador de IP de IONOS puedes hacerlo.

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