El snack content se basa en la comunicación directa de determinadas ideas y contenidos a un nivel emocional o lúdico. En el panorama digital cada vez es más difícil captar la atención del usuario durante un período de tiempo prolongado. El snackable content resulta en este sentido muy efectivo, ya que no requiere mucha atención. Además, un buen snack content es menos molesto que la publicidad clásica y así se aumenta la confianza de los usuarios y las posibilidades de que el contenido se convierta en viral. En el mejor de los casos, se crea contenido en la forma de memes.
El snackable content resulta apto, sobre todo, para su uso en móviles. Existen numerosas apps y páginas web optimizadas para móviles cuyos contenidos pueden visualizarse en cualquier lugar y en poco tiempo. Una forma muy típica de consumir snack content es que el contenido pueda desplazarse, sobre todo cuando se muestra en timelines o feeds, de modo que el usuario pueda entender inmediatamente lo que se esconde tras los contenidos y pueda detenerse en ellos o desplazarse hasta el próximo “snack”.
La integración de las redes sociales amplía el posible alcance del contenido cuando el usuario quiere compartirlo. En el mejor de los casos, los vídeos interesantes y las imágenes divertidas pueden, además, compartirse directamente mediante servicios de mensajería como WhatsApp y Snapchat, algo que se simplifica para los usuarios móviles debido al tamaño reducido de los archivos. Gracias a esta característica, el snack content suele prestarse a la perfección para crear memes.
También se da el caso contrario: puedes compartir el snackable content que tú mismo hayas creado. Publicando, por ejemplo, reseñas de tus productos en formato visual en las redes sociales llamas la atención sobre ellos, por un lado y, por el otro, aumentas la confianza de los usuarios. Después de todo, la publicidad de los clientes satisfechos suele ofrecer mayor autenticidad que la tuya propia.
El snackable content se crea muy fácilmente y no acostumbra a necesitar tantos recursos como las campañas publicitarias de gran envergadura. Es más fácil diseñar un gráfico gracioso y entretenido que un vídeo publicitario profesional.