A pesar del entusiasmo que rodea a los NFT games, los propios juegos y el play to earn han sido muy criticados.
Una de las críticas más frecuentes al blockchain y a los NFT games es el impacto que el propio blockchain tiene sobre el medio ambiente. El hecho de que todas las transacciones con tokens no fungibles, como crear y vender NFT o pujar por tokens, requieren cálculos en el blockchain respectivo y, por tanto, consumen grandes cantidades de energía, es innegable.
Actualmente, la mayoría de los NFT games se ejecutan en el blockchain de Ethereum. El blockchain de la popular alternativa a Bitcoin utiliza desde 2022 el algoritmo proof-of-stake, con el que se reduce significativamente el consumo de energía, lo que hace que los NFT games sean más respetuosos con el medio ambiente.
Asimismo, la estrategia play to earn ha sido muy criticada. Con los videojuegos tradicionales, los usuarios pagan una cuota fija para jugar. El registro en los NFT games suele ser gratuito, pero para jugar se requieren algunas inversiones iniciales. Como el mercado de los juegos y las criptomonedas están sujetos a fluctuaciones, las inversiones en los NFT games son especulativas y arriesgadas.