Para mostrar las diferentes maneras en las que pueden ser concebidos los growth hacks, mostraremos algunos casos exitosos del pasado. En 1998, Hotmail atrajo toda la atención con una estrategia simple pero ingeniosa. El servicio gratuito de correo electrónico adjuntaba automáticamente, en cada mensaje enviado, la pequeña frase “Get your free Email at Hotmail” (en español “Obtén ahora tu cuenta de correo gratuita con Hotmail”) e incluso un enlace para hacer el registro. Así, con cada mensaje enviado, los usuarios de Hotmail contribuyeron al éxito de tal manera que, un poco más de un año después de su lanzamiento, la plataforma de correo ya contaba con más de 12 millones de usuarios. Este tipo de estrategias de crecimiento está muy extendida entre los proveedores de herramientas para crear páginas web, quienes a menudo ofrecen versiones básicas sin coste. Sin embargo, al utilizar este tipo de soluciones se debe contar con una funcionalidad limitada y, además, al ser gratuitas, es muy probable que inserten pequeños banners o imágenes de su marca con enlaces que les indican a los visitantes que la web fue creada con dichas herramientas.
Twitter es el ejemplo perfecto para argumentar que todo growth hacker debe tener conocimientos técnicos que resultarán de gran ayuda a la hora de realizar el análisis exhaustivo de determinados indicadores. En 2006, cuando se inició el servicio de microblogging, la compañía se dio cuenta de que los usuarios que seguían al menos a otros 30 tuiteros, que utilizaban signos criptográficos y que utilizaban funciones como hashtags, retuits, etc., entendían mejor la plataforma y regresaban a ella. Como consecuencia, Twitter implementó una función con la que recomendaba a nuevos usuarios seguir nuevas cuentas, convirtiéndola así, en una herramienta para alcanzar rápidamente un mayor número de tuiteros. Cuatro años después, Pinterest utilizaría este mismo concepto de difusión e iría, incluso, un paso más allá: cualquier persona que se registrara en esta red social de imágenes, seguiría automáticamente a los mejores usuarios.
Los ejemplos más sorprendentes de growth hacking son el éxito rotundo de Facebook y del sistema de mensajería instantánea WhatsApp. La clave de su rápido crecimiento fueron las listas de contactos ya existentes. En 2010, Facebook compró la compañía malasia Octazen Solutions, dedicada a la importación de contactos de correo electrónico. Un poco más tarde, la plataforma introdujo una opción para importar contactos, con lo que los usuarios de Facebook podrían invitar a las personas de su lista de contactos a convertirse en usuarios de la red social. La conexión de usuarios en WhatsApp funciona incluso de forma más simple y rápida. Gracias a la función para importar automáticamente la libreta personal de direcciones, los usuarios saben rápidamente quiénes de sus contactos están haciendo uso de la aplicación, así como también pueden invitar a amigos y conocidos para que la utilicen. De esta forma, en tan solo unos pocos años este servicio ganó más de mil millones de usuarios sin invertir ni un solo dólar en una estrategia de marketing.