El branding emocional puede ofrecer muchas ventajas a tu marca. Sirve para llamar la atención y aumentar las ventas. Permite que tus clientes desarrollen una relación emocional con la marca, confíen más en ella y se fidelicen. Tu marca ocupará un lugar en la vida de los clientes y, así, ganará más alcance.
Con una buena estrategia, una marca puede emular el ejemplo de Apple, lo que a veces importa más que los propios productos. La creciente digitalización, las tecnologías wearable, el 5G y la influencia de los big data en los mercados ofrecen un mundo de posibilidades para la creación del branding emocional. En su bestsellerNo logo, la escritora y crítica de marcas Naomi Klein advirtió contra la ubicuidad y el poder de monopolio de marcas como McDonald's, Coca-Cola, Apple y Microsoft. Ya en 1999, predijo el mundo moldeado y definido por las marcas en el que vivimos hoy en día.
De hecho, las marcas se han convertido en fuerzas políticas y tienen cada vez más influencia sobre la imagen de las personas y la convivencia social. Un buen ejemplo de esto es Amazon: al principio, era poco más que un supermercado/librería digital. Sin embargo, la empresa no solo creció en tamaño, sino en alcance, y pasó a convertirse en productora de cine, editorial de autoedición (Amazon Publishing) y agencia de turismo espacial (Blue Origin), con vistas a ofrecer viajes a la luna.
La situación es similar con las marcas Tesla y SpaceX de Elon Musk. Es posible que Musk no solo sea el propietario de la primera agencia espacial privada en aterrizar en Marte, sino que también transporte a los astronautas en vehículos Tesla. Probablemente no exista un branding emocional con más visión y emoción.
Marcas como Facebook y Google, por otro lado, reciben duras críticas debido a sus problemas con la protección de datos y la influencia política del neuromarketing y la venta de datos.
Teniendo en cuenta el potencial de las marcas, es aún más importante no perder de vista a los clientes como protagonistas a través de un branding emocional guiado por las emociones y los valores. Una marca no tiene por qué llegar a los confines del mundo: solo debe ser lo suficientemente amable y agradable para llegar al corazón de sus clientes.