Conocido también como “Junk E-Mail”, se entiende por spam o correo basura el envío indiscriminado de mensajes no deseados que llenan en masa los buzones de forma incesante. Este tipo de mensajes consiste principalmente en el llamado “unsolicited bulk e-mail” (UBE), como pueden ser las cadenas de correos y cartas, y en los mensajes comerciales no deseados o “unsolicited commercial e-mail” (UCE). En este tipo de correos se suele animar al receptor a comprar un determinado producto, a proporcionar datos personales con algún objetivo aparentemente lucrativo o a que abra un prometedor enlace a una página web o un archivo adjunto.
El correo basura constituye hoy día casi la mitad de los correos enviados a nivel global. Y mientras en todo el mundo la cantidad de spam retrocede, en España se observa, según datos del año pasado, un incremento notable de ordenadores infectados que efectúan este tipo de envíos sin ser detectados. Este retroceso a nivel mundial se debe a una férrea actuación por parte de los proveedores de redes, que se ocupan ahora mucho más de la protección frente al spam, y por parte de organismos sancionadores, que llevan a cabo medidas mucho más duras.
El origen del término se debe a la abreviación de la popular marca estadounidense de carne enlatada “Spiced ham”, que el grupo humorístico Monty Python utilizó para su llamado spam-sketh. En él la palabra “spam” aparece de forma tan frecuente que impide una comunicación normal. En este sentido, aplicado al correo electrónico, el spam constituye una forma de introducir contenido inútil en la comunicación electrónica.