Uno de los principales responsables del éxito de Internet y de la World Wide Web es el sistema de nombres de dominio (DNS) gracias a su servicio de directorio central para direcciones de red. La red de servidores DNS distribuidos por todo el mundo (a los que se conoce también como servidores de nombres) es indispensable para que los nombres de las diferentes unidades y aplicaciones de red sean resueltos en las enrevesadas direcciones IP que solo las máquinas pueden interpretar, sin olvidar que también pueden llevar a cabo el proceso contrario. De esta forma, aunque no se conozca la IP, se puede acceder en cualquier momento al equipo o web deseados.
Sin embargo, en determinadas situaciones (por ejemplo, cuando hay problemas en la resolución de nombres de dominio) puede ser de utilidad que el propio usuario realice la búsqueda de la dirección IP correspondiente. Esta actividad, que también puede consistir en el proceso contrario, se implementa con la ayuda de la herramienta nslookup, instalada por defecto tanto en Windows como en MacOs y Linux.