En sus primeros años, Dropbox y Google tomaron rumbos muy distintos y, aunque los dos servicios se están acercando cada vez más, estas diferencias iniciales aún se perciben a día de hoy. Dropbox siempre se ha centrado en la sincronización de archivos compartidos por diferentes usuarios. El software que proporciona este servicio facilita mucho la administración de carpetas de forma grupal.
Para Google, Drive inicialmente solo servía de almacenamiento para las cuentas de Gmail y los servicios de computación en la nube relacionados con Google Docs. No fue hasta 2012 que los usuarios pudieron empezar a utilizar el servicio de almacenamiento en la nube de manera independiente, para lo que el servicio además les proporciona una enorme cantidad de espacio de almacenamiento gratuito. Esta exitosa estrategia, implementada cuando se lanzó Gmail, ha hecho ganar muchos adeptos al servicio de correo electrónico de Google.
La evolución de ambos proveedores muestra que cada vez se parecen más. Google también proporciona un software que permite sincronizar las carpetas del propio ordenador con el almacenamiento en la nube. Dropbox, por su parte, ofrece la aplicación Paper para proporcionar características que antes solo incluía Google Docs.
Mientras tanto, a muchos usuarios lo único que les importa sigue siendo la cantidad de memoria, y Google ofrece mucha más, tanto en la versión gratuita, como en la de pago. En este sentido, puede decirse que Google tiene una mejor relación calidad-precio. Dropbox, por su parte, gana puntos con una característica exclusiva que ofrece una mayor velocidad de transmisión; en lugar de copiar todo el archivo después de modificarlo, Dropbox solamente copia los bits que se han cambiado, por lo que la sincronización es muchísimo más rápida.
En términos de seguridad de datos, ninguno de los dos se queda corto. Tanto Google como Dropbox utilizan estándares que, en general, se consideran seguros. No obstante, no siempre ha sido así, ya que ambos servicios han protagonizado escándalos de robo de datos en el pasado. En 2013, se supo que la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA) vigilaba los servidores de Google y, en 2016, una fuente desconocida publicó los datos de acceso de varios millones de cuentas de Dropbox en Internet.