Los editores de código clásicos vienen a ser una solución intermedia entre los sencillos editores de texto y los sofisticados IDE (del inglés «Integrated Development Environment», o entorno de desarrollo integrado). Los primeros destacan por su amplio rango de funcionalidad, mientras que los segundos abarcan e integran varias herramientas para el desarrollo de software en una sola aplicación. Por lo general, los complejos entornos de desarrollo integrados también tienen un editor de código incorporado, aunque este solo es uno de sus muchos componentes.
También dentro del grupo de los editores de código hay diferencias que se deben, sobre todo, a la gran variedad de lenguajes de marcado y programación que existen. De este modo, por ejemplo, hay algunos más adecuados para trabajar con C++, Java o Python, mientras que otros han sido especialmente concebidos para desarrollar y diseñar páginas web. Estos últimos deben cumplir con un requisito básico: permitir y facilitar la escritura y edición de, como mínimo, los códigos HTML, CSS y JavaScript. Asimismo, es habitual que los editores de código web incluyan el llamado modo WYSIWYG (What You See Is What You Get), que permite al programador obtener una vista previa del resultado final del código en el navegador.
Estas son otras de las características que debería ofrecer un buen editor de código para Mac y el resto de sistemas:
- Opción de modificar la codificación de caracteres al guardar proyectos.
- Resaltar la sintaxis de los diferentes lenguajes (configurable en el mejor de los casos)
- Función de “Buscar y reemplazar” flexible, que también permita utilizar expresiones regulares
- Opción de desplegar y ocultar secciones de código relacionadas entre sí de forma lógica (code-folding)
- Autocompletar código (palabras, funciones, parámetros)
- Editor de macros
- Gestión sencilla de fragmentos de código completos