Internet está formado, grosso modo, por un montón de ordenadores conectados entre sí por medio de cables, fibra óptica y equipos receptores inalámbricos que intercambian datos en base a un “lenguaje” común. Este estándar común básico es el protocolo de Internet (IP). Los datos se estructuran de tal manera que todos los ordenadores que entienden el mismo protocolo puedan interpretarlos.
Una dirección IP, en adelante “una IP” a secas, hace que se puedan localizar dispositivos digitales en una red, lo que se convierte en una condición fundamental para distribuir paquetes de datos electrónicos de manera fidedigna. Esta es la base de la comunicación entre dispositivos -por ejemplo, en Internet. La dirección IP se encarga de que los datos del remitente lleguen al destinatario adecuado, por ejemplo, de un navegador web a un servidor web y viceversa. Una dirección IP puede, además, estar asignada a uno o varios dispositivos simultáneamente y un único dispositivo puede tener varias direcciones IP al mismo tiempo.
Para entender realmente lo que significa una IP flotante o floating IP en sí, es necesario poner de relieve las diferencias que existen entre las direcciones IP dinámicas y estáticas.