Para las empresas, el New Work significa, por un lado, mantenerse al día con respecto al progreso tecnológico y, al mismo tiempo, ofrecer a los empleados un lugar de trabajo atractivo, desafíos que requieren un cambio estructural visible, pero, sobre todo, un cambio dentro de la cultura corporativa o la llamada “mentalidad”.
No existe una lista de comprobación que marque cómo se debe gestionar el New Work en la empresa. Cada empresa debe responder a la pregunta “¿qué significa el New Work?” por sí misma y derivar medidas a partir de la respuesta.
Tanto el mercado como los clientes, la competencia y los empleados definen, en última instancia, cómo es la cultura del New Work. Lo que está claro es que casi ninguna empresa podrá prescindir del New Work a largo plazo, ya que la escasez de trabajadores cualificados no deja de aumentar, sobre todo en los nuevos sectores profesionales emergentes, y los expertos acabarán decantándose por las empresas que también destaquen en el ámbito del New Work.
Estas son algunas de las ventajas concretas del New Work para las empresas que han sido probadas por diferentes estudios:
- Mayor productividad y motivación de los empelados
- Mayor número de innovaciones
- Mayor fidelidad de los empleados
- Ventajas en el mercado gracias a empleados y productos en constante evolución