Para los empleados, la introducción del principio BYOD significa, sobre todo, una cosa: mayor comodidad en el día a día laboral. En lugar de trabajar con hardware de la empresa, a veces lento y raramente actualizado, el empleado puede utilizar dispositivos propios que, a menudo, son de última generación. En los viajes de negocios también es un alivio no tener que llevar un segundo dispositivo contigo además de tu ordenador portátil privado. La iniciativa de aplicar la política BYOD en la empresa, por lo tanto, proviene principalmente de los empleados, en especial de los más jóvenes, puesto que crecieron con dispositivos móviles.
Por esta razón, los empleadores que están abiertos a Bring Your Own Device tienen a mano un valioso incentivo que será de gran ayuda para encontrar candidatos. Después de todo, la compañía demuestra con ello que se preocupa por la satisfacción de sus empleados. Los pioneros de BYOD como IBM también esperan una mayor productividad cuando los empleados trabajan con dispositivos que conocen mejor. Además, la integración de dispositivos móviles personales en la vida laboral proporciona una base ideal para el fomento del teletrabajo y el trabajo flexible. Las ventajas económicas y ecológicas también son dignas de mención: los empleadores ahorran costes en la adquisición de nuevos equipos de oficina y, como consecuencia de ello, también reducen su impacto negativo en el medio ambiente.
La otra cara de la moneda son los altos costes de implementación y mantenimiento que plantea. BYOD puede llevar, además, a una mayor complejidad en el funcionamiento de la empresa y, por lo tanto, se opone a la estrategia generalizada de estandarización de la infraestructura de IT dentro de una organización. Por lo tanto, la viabilidad depende de la intensa cooperación de los empleados. Esta es la única manera de dominar los diversos desafíos técnicos y organizativos que lo acompañan.
BYOD también puede presentar algunas desventajas para los empleados: después de configurar todos los servicios necesarios en el PC doméstico, a veces tienen que aceptar que la empresa tendrá cierto control sobre el dispositivo para garantizar la seguridad de los datos de la empresa y de la red interna. Además, el usuario a veces tiene que contribuir con los costes que esto genera. Otro problema es el posible deterioro de la conciliación laboral y familiar: si tienes acceso continuo desde casa a aplicaciones de la oficina, como buzones de correo electrónico, es más probable que te veas obligado a estar constantemente localizable, ya que las fronteras entre la vida profesional y laboral se diluyen. Y a la inversa, otra cuestión es si es más fácil distraerse cuando se trabaja en un portátil privado que en un ordenador de la empresa.