Cuando hablamos de gestión de fuerza de trabajo, podemos estar haciendo referencia a la gestión de turnos de trabajo. Estos dos conceptos, no obstante, presentan una diferencia importante, y es que, en general, la turnos de trabajo suelen establecerse para un periodo de tiempo fijo, por lo que se trata de una herramienta de planificación a largo plazo. En el caso del workforce management, en cambio, el factor de la flexibilidad ocupa el primer plano: este método siempre hace referencia a un periodo de tiempo limitado, que sufre modificaciones constantes acordes a las necesidades de la empresa. En la práctica, se utilizan muchas veces métodos híbridos: aunque exista un plan de gestión de turnos de trabajo, cuando nos encontramos con una situación de sobredemanda, recurrimos a la introducción de otros turnos nuevos.
La gestión de fuerza de trabajo se ocupa también del registro y control horario de los trabajadores. Por este motivo, podemos decir que está relacionada con la llamada gestión del tiempo y que incluye cualquier método destinado a establecer, tratar y utilizar datos relativos al tiempo en el entorno laboral.