El método del sándwich se aplica sobre todo en ámbitos profesionales, en especial en aquellos casos en los que el gerente lleva a cabo evaluaciones de personal para valorar el rendimiento del trabajador. No obstante, con frecuencia se utiliza también en feedbacks espontáneos para que la crítica no tenga un peso excesivo en el comentario. Un ejemplo de la técnica del sándwich podría ser este:
“Desde un primer momento, su proyecto ha estado muy bien pensado y estructurado. Sin embargo, echamos de menos en la presentación algunos temas que habían sido discutidos en la última reunión. A pesar de todo, fue una gran presentación y estamos seguros que usted mismo se dio cuenta de los temas que faltaron y los ha elaborado a posteriori”.
En la vida cotidiana, el método del sándwich también se aplica con frecuencia, siendo especialmente popular en el sector ventas, donde los comerciales lo usan para tratar de convencer a clientes potenciales acerca de la idoneidad de un producto. En este caso, los vendedores envuelven aspectos negativos como el precio o la inversión de un producto en rebanadas de pan que serían las ventajas o los posibles usos del producto. Estos argumentos a favor deberían ser tan convincentes para el cliente potencial que el precio pase a un segundo plano.
Muchos padres, entrenadores y cuidadores también aplican la técnica del sándwich a los niños para evitar reacciones negativas.