Para una correcta ergonomía en el puesto de trabajo, la mesa también debe estar alineada de manera que los apoyabrazos conecten con esta a la misma altura. En cuanto al equipo de trabajo, se recomienda una alineación paralela y simétrica para evitar una tensión excesiva en un lado del cuerpo. El borde superior de la pantalla debe estar a la altura de los ojos, para poder trabajar sentado y manteniendo la espalda recta. La distancia correcta a la pantalla también es crucial para proteger tus ojos: la mínima para un monitor de 24 pulgadas es de 100 cm.
Sobre todo, evita doblar las manos al usar el teclado. Las bandejas para teclado pueden aliviar tus manos, pero un teclado ergonómico de dos partes también puede ayudar a mejorar la postura de los brazos y reducir las molestias en el cuello y las muñecas. La postura también juega un papel importante al utilizar el ratón: lo ideal sería que el brazo con el que lo sujetas y el borde del escritorio formen un ángulo recto.
Además de mantener la postura correcta, es fundamental moverse con regularidad y hacer descansos. Debes tomarte por lo menos cinco minutos de descanso cada hora durante los cuales tus ojos se pueden recuperar de la pantalla. Usa esta pausa para moverte y quitarte la tensión de tu cuerpo.
La iluminación y la acústica también pueden tener un impacto en nuestra salud y, por lo tanto, deben tenerse en cuenta al crear un puesto de trabajo ergonómico. Disponer de poca luz causa fatiga visual, así que debes contar con un nivel lumínico básico. Lo mejor es la luz del día, por lo que, en caso de ser posible, el lugar de trabajo debe ubicarse en paralelo a una ventana.
Asegúrate también de tener un lugar de trabajo tranquilo, ya que los altos niveles de ruido reducen la concentración y aumentan el nivel de estrés. Todos los equipos ruidosos como, por ejemplo, las impresoras o fotocopiadoras, deben estar ubicados en salas separadas. Además, al distribuir los puestos de trabajo en una oficina grande, debe haber suficiente espacio entre los escritorios para proporcionar suficiente libertad de movimiento y para no perturbar las conversaciones de las zonas de trabajo contiguas. La elección del mobiliario también puede ayudar a reducir los niveles de ruido: las alfombras o los suelos de plástico blando aíslan mejor que los suelos duros y las superficies de acero y vidrio proyectan más el sonido que los muebles de madera o los frontales de armarios revestidos.