Ya el nombre del cuadro de mando integral en inglés, balanced scorecard (literalmente, cuadro de mando equilibrado) destaca uno de los requisitos más importantes para que una estrategia empresarial se aplique con éxito: “balanced” (equilibrado). Hasta el momento solo nos hemos centrado en un aspecto del cuadro de mando: la medición dentro de las perspectivas escogidas. Pero la selección de las perspectivas no es arbitraria, sino que conduce a una valoración equilibrada y, así, lo más completa posible.El análisis a través de uncuadro de mando integral debería evitar, precisamente, que el éxito de la empresa se valore solo parcialmente, por ejemplo, teniendo solo en cuenta el rendimiento. La experiencia ha demostrado que una visión tan limitada apenas sirve de nada. En muchos casos, los aspectos financieros por sí mismos no reflejan adecuadamente el éxito de las estrategias empresariales.
De todas maneras, la simple medición de los indicadores no basta para que una estrategia tenga éxito. El análisis mediante un cuadro de mando integral también aporta información a los gestores sobre los puntos en los que debería trabajarse en un futuro, así como los cambios que deberían llevarse a cabo para que una estrategia reajustada adecuadamente ayude a la empresa a avanzar. Por lo tanto, el equilibrio no solo desempeña un papel en la valoración de la empresa, sino también en su crecimiento. Para que el crecimiento de la empresa no solo avance en una pequeña área, no basta con establecer distintas perspectivas, sino también formular objetivos a partir de las diferentes perspectivas. Así, además de un valor real, tendremos siempre un valor estimado. Si se hace evidente que el objetivo de un área no va a alcanzarse, podemos reaccionar rápidamente. De esta manera, evitaremos que algunas áreas individuales no lleguen a desarrollarse.
Además de los objetivos, también deberemos determinar las responsabilidades. Es prácticamente imposible, sobre todo en las empresas grandes, que una única persona se encargue de la gestión y se ocupe de todas las áreas de la empresa. Por lo tanto, habrá que determinar qué personas serán las responsables de que en cada una de las áreas se alcancen los objetivos de la empresa.