El área de responsabilidad central incluye todas aquellas acciones de una empresa cuyos efectos sobre el medio ambiente y la sociedad se pueden medir de forma más o menos directa. Esto hace referencia a las emisiones de CO2 y la contaminación atmosférica, así como las condiciones de trabajo de los empleados. Esta área comprende también la gestión responsable de la cadena de suministro, ya que la cooperación con empresas moralmente cuestionables supondría apoyar también sus dudosas políticas corporativas.
La responsabilidad social corporativa (RSC) en el área de responsabilidad central es la más difícil de coordinar para muchas grandes corporaciones, pero ha ganado importancia porque es en esta área, precisamente, donde pueden ocasionarse la mayoría de los daños. Esto se aplica no solo al medio ambiente y a la sociedad, sino también a los propios empleados de la empresa, a los grupos de interés y a la reputación.
Stefanie Hiß sugiere que el área media de responsabilidad debería centrarse principalmente en las denominadas partes interesadas (stakeholders). En términos generales, se trata de personas que tienen un mayor interés en los procesos, las condiciones de trabajo y, en la mayoría de los casos, también en el éxito de la empresa. Los siguientes grupos de personas son importantes stakeholders:
Empleados
Las empresas tienen el deber para con sus empleados de garantizar un entorno de trabajo agradable y también de proporcionar información, lo más transparente posible, sobre las oportunidades de progreso y las jerarquías. Esto incluye también la cuestión de una remuneración justa y la participación en los beneficios, así como la limitación temporal de los contratos.
Otro factor fundamental para una responsabilidad social corporativa sólida son las relaciones constructivas con los sindicatos, siempre que sus miembros trabajen en la empresa. De lo contrario, en casos extremos, si las empresas no toman en serio su responsabilidad social con respecto a sus empleados, puede llegarse a la huelga laboral. De hecho, hay ocasiones en las que organizaciones de derechos humanos o instituciones estatales deben tomar cartas en el asunto porque las condiciones de trabajo son inaceptables. Con frecuencia, los empleados también hacen públicas sus quejas en esta área de manera anónima y esta noticia puede propagarse como un reguero de pólvora en los medios de comunicación social y causar un daño considerable a su imagen.
Proveedores de fondos
Los inversores tienen un claro interés no solo en el éxito de la empresa, sino también en la cooperación justa. En particular, las empresas que cotizan en bolsa corren el riesgo de sufrir daños considerables si sus relaciones con socios comerciales e inversores son moralmente cuestionables o deshonestas.
Clientes
Las empresas que suministran productos no deberían engañar a sus clientes. Especialmente en el caso de bienes de consumo como los alimentos, una empresa tiene la responsabilidad de informar correctamente al cliente sobre la preparación y composición del producto. El origen del producto o los materiales de construcción y las materias primas utilizadas también son importantes para muchos clientes. Si una empresa se presenta al mundo exterior como respetuosa con el medio ambiente, pero utiliza huevos de granjas donde las gallinas viven enjauladas o emplea componentes de empresas de producción perjudiciales para el medio ambiente en la fabricación de un producto, esto puede llevar a la pérdida de una considerable cantidad de clientes.
Para muchas empresas, el cliente es el actor más importante. Si una empresa no se toma en serio su responsabilidad social hacia sus clientes, a menudo se debe a una mala gestión de la RSC (si es que existe).
Vecinos
Las empresas situadas en ciudades o en las inmediaciones de núcleos urbanos tienen también una responsabilidad con respecto a los residentes de estas áreas, por lo que no pueden ocasionar un impacto negativo en su calidad de vida. Esto se aplica, por ejemplo, a la contaminación acústica y ambiental. En muchos países, hay muchos afectados que siguen sufriendo las duras condiciones de vida derivadas de grandes fábricas cercanas que ignoran su responsabilidad social.
En el peor de los casos, las empresas causan la contaminación del agua potable, ruidos excesivos, contaminación atmosférica y daños a la flora y fauna de la zona. Si tales injusticias se hacen públicas, la empresa no solo se ve amenazada por el daño a su imagen, sino también por posibles problemas con la ley y las organizaciones ecologistas.
Organismos gubernamentales
Las empresas deben cumplir con las leyes del país donde tengan sede y establecer una cooperación fluida y transparente con organismos gubernamentales como el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar social en el caso de España. En las plantas de producción, las normas y reglamentos de calidad especificados por el legislador deben ser observados durante los controles correspondientes.
Medios de comunicación
La responsabilidad del conocido como “cuarto poder” consiste en proporcionar tanta información como sea posible sobre eventuales abusos o deficiencias en las empresas. Por lo tanto, la relación entre periodistas y funcionarios es a menudo ambivalente: por un lado, una empresa quiere presentarse lo mejor posible, de modo que los medios de comunicación puedan contribuir a una imagen positiva a través de sus reportajes. Por otro lado, las empresas que no cumplen con sus responsabilidades corporativas se arriesgan rápidamente a dañar su imagen si los periodistas se enteran de ello. Los representantes de los medios de comunicación no son en absoluto bienvenidos en algunas instalaciones de la empresa.
Dado que la responsabilidad social de las empresas apenas está sujeta a los controles del Estado, los medios de comunicación a menudo se sienten obligados a informar al público sobre su mala conducta. Una buena gestión de la RSC implica, en principio, un diálogo abierto y honesto con los medios de comunicación: quienes no hacen nada indebido no tienen que temer demasiado a la prensa negativa. Sin embargo, es cierto que en muchas ocasiones los medios no informan tanto sobre el desempeño positivo de las empresas o no tanto como a las compañías les gustaría. Esto se debe a que una de las principales tareas de los medios de comunicación es informar sobre las posibles malas conductas, simplemente porque la prensa debe funcionar como un instrumento de control sobre los tres poderes del estado.