Las hard skills son aquellas habilidades que pueden aprenderse mediante formación y evaluarse y acreditarse a través de una certificación o experiencia profesional. Entre las hard skills más típicas encontramos muchas habilidades que nos enseñan desde el colegio, como los idiomas extranjeros o las competencias informáticas (por ejemplo, saber usar MS Office). Durante el desarrollo de nuestra carrera profesional o periodo formativo, solemos adquirir continuamente nuevas hard skills. A veces, simplemente mejoramos o ampliamos nuestras habilidades al ponerlas en práctica en nuestro puesto de trabajo y, en otras ocasiones, lo conseguimos asistiendo a cursos de formación continua. Estas habilidades incluyen competencias y conocimientos en áreas tan diversas como la contabilidad, la gestión, el sector bancario, la edición, la tecnología de la información, la ingeniería mecánica, la investigación, la traducción y la gestión de proyectos, entre muchas otras. A la hora de poder demostrar estas habilidades duras, solemos contar bien con certificados o bien con experiencia profesional demostrable.