Con este método se aplica un porcentaje fijo al valor que está pendiente de amortizar, que cada ejercicio es más reducido, lo que genera una cuota de amortización decreciente. Este sistema permite amortizar más al principio, lo que puede convenir si la empresa quiere reducir la base imponible durante los primeros años porque así se reduce también la aportación tributaria (aumenta la liquidez).
Para calcular este porcentaje, de nuevo hemos de acudir a las tablas de amortización lineal oficiales, que asignan coeficientes de amortización a determinados tipos de bienes. En función del bien cuyo valor la empresa quiera amortizar fiscalmente, se multiplica el coeficiente de amortización lineal por uno de estos tres según corresponda:
- 1,5 si el periodo de amortización es inferior a 5 años;
- 2 si es igual o superior a 5 e inferior a 8;
- 2,5 si es igual o superior a 8 años.
Este porcentaje nunca podrá superar el 11 %.
Ejemplo de amortización decreciente:
Una empresa adquiere un bien por 100 000 euros a principios de año. Para amortizarlo por el método del porcentaje fijo sobre una base imponible decreciente, consultamos los índices de las tablas de amortización lineal y vemos que para este bien el coeficiente máximo es del 25 % en un período máximo de 8 años. Esto quiere decir que el período máximo de amortización es de 8 años y el mínimo de 4 porque amortizar a un 25 % significa subdividir el valor del bien en cuatro partes.
La empresa quiere amortizar lo máximo que pueda por año para pagar menos impuestos, de modo que opta por amortizarlo en cuatro años.
Con esta información, calculamos así el porcentaje de amortización anual: