
Con las prisas del día a día, cualquiera puede olvidar responder a algún correo poco urgente o incluso posponer a sabiendas la respuesta si se trata de dar una mala noticia. Sin embargo, hacer como si no hubiese sucedido no es la mejor idea. Una carta de disculpa por el retraso en la respuesta, si está bien formulada, puede restaurar la confianza de tus socios y tus compañeros.